viernes, 22 de febrero de 2008

EL CASO DEL "BAÚL DEL MONJE"


Además del Palacio de Linares, Madrid da cobijo a una gran cantidad de inmuebles encantados y de casos poltergeist. Podríamos hablar de un paseo del miedo por Madrid, una ruta por las casas encantadas de la localidad. Uno de estos casos es el conocido como el caso del "baúl del monje".

En la calle Marqués del Monasterio nº 10, en el distrito central de Madrid podemos encontrar un anticuario llamado "Baúl del Monje" Dicen que esta encantado ya que dentro de la tienda ocurren cosas que no tienen explicación. Los objetos se caen de las estanterías sin que nadie las toque, se ven figuras, se oyen ruidos pero siempre que pasan este tipo de fenómenos, no hay nada que los justifique.

Hace algunos años salió a la luz, gracias al grupo HEPTA comandado por el infatigable padre Pilón, una infinidad de hechos inexplicables. Objetos que aparecerían de repente, muebles que se movían, utensilios que se desplazaban solos... Todo aquello sucedía incluso delante de las camaras.

Allí toda una amalgama de fenómenos poltergeist se dieron cita con el fin de desconcertar a propios y extraños. Extraños golpes surgidos de la nada, estallidos de inexistentes cristales, muebles que se arrastran solos por el local o relojes cuyas manecillas enloquecen y giran a ritmos asombrosos y, sobretodo, una de las más extrañas características de los poltergeist: los aportes.
Los aportes son apariciones de objetos desde, aparentemente, ningún lado concreto, es decir, materializaciones repentinas de cuerpos sólidos, comúnmente de pequeño tamaño, como botones o astillas. En este caso, se trata de trozos de cristal que salen proyectados con tal fuerza que al chocar con el suelo o con los muebles rebotan con inusitada fiereza.

En la trastienda los dueños van guardando las cosas que el poltergeist rompe como por ejemplo un crucifijo al que una fuerza desconocida arranco de la madera y lo partió en dos, sillas, mesas, tazas... todas rotas y un sin fin de cosas más.

No obstante, en alguna ocasión, también han sido pequeños trozos de madera ligeramente chamuscada los que han aparecido en el anticuario, dato nada baladí si tenemos en cuenta que lo que hoy es el Baúl del Monje, hace 12 años fue la vivienda de un abogado que murió abrasado al incendiarse el colchón sobre el que descansaba.

Por otro lado, sin aparente conexión con la historia del abogado, Paloma Navarrete, la sensitiva del grupo HEPTA, al entrar en contacto con uno de los cristales, afirmó haber tenido la visión de unos niños jugando con ellos en un salón de principios de siglo, lanzándolos con fuerza sin saber muy bien a dónde.

Pero, si hay algo que llamó la atención fue la historia concerniente al extraño busto de un carnero que cogió por costumbre cambiar de posición en la tienda según le viniera en gana y, no contento con eso, cuando los dueños de la tienda intentaban deshacerse de él, volvía a presentarse en la tienda a la mañana siguiente como si de un empleado más se tratara. Un comportamiento, desde luego, poco común para una escultura.

Finalmente, como suele suceder en estos casos, los fenómenos desaparecieron tan rápida y enigmáticamente como aparecieron, dejando con un palmo de narices a investigadores y propietarios que, aún hoy, siguen preguntándose que demonios ocurrió en el Baúl del Monje aquel año 1998.

Misterio, leyenda o realidad... lo dejo a su criterio.

Fuentes: http://www.leyendasurbanasblog.blogspot.com/2008/01/el-caso-del-bal-del-monje.html

http://alaluzdelasvelas.iespana.es/fantasmasycasasencantadas/fantasmasycasasencantadas.htm

http://www.javiersierra.com/pgm2.php

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